martes, 29 de enero de 2013

El Sur en los medios de comunicación


Cuando visionamos en clase el vídeo de TED sobre la exposición de la escritora Chimamanda Adichie, me llamó la atención de sus declaraciones una frase en concreto que me impactó por la claridad con que la formuló: “Los estereotipos no es que estén mal, sino que están incompletos”. No es nuevo reconocer que en el mundo en el que vivimos, la sociedad de aquí y la de más allá, se mueve y organiza según estereotipos o según medias verdades. Sin duda creo que el debate sobre la percepción e imagen que sobre otras culturas o razas tenemos no es actual, pero sin embargo, y a día de hoy, poco hemos contribuido a cambiarlo.

Quizá nos hemos acomodado y hemos terminado aceptando lo que sí es una realidad, la realidad de que los medios de comunicación, quieran o no, contribuyen a la configuración de una  única imagen o de una sola realidad sobre diferentes culturas, razas o personas. Los medios de comunicación quizá son los primeros en verse salpicados al ser personajes y protagonistas de la configuración de una “realidad” a la que muchas veces no tenemos acceso, y en definitiva, ellos, sin intención o con ella, dejan en nosotros unos posos de medias verdades con las que al final terminamos reconociendo a los países del Sur en su conjunto o individualmente.

Sin embargo, no creo o no quiero creer que los medios de comunicación lleguen a tener un objetivo o una intención definida o estratégica de generar, por así decirlo, una mala imagen o una imagen deficitaria de ciertas culturas, razas o países del Sur. Quizá me muestre optimista al pensar que no creo que exista una intención conspiratoria de denigrar a los países del Sur por parte de los medios de comunicación; pero por el contrario, sí pienso que los medios de comunicación sólo y únicamente focalizan su objetivo informativo cuando ocurren tragedias, catástrofes o ciertos acontecimientos que son considerados noticiables y que siempre terminan mostrando una misma imagen de estos países, la negativa; e incluso en muchas ocasiones, trasladan al espectador una imagen de incapacidad por parte de los países del Sur para salir hacia adelante ante los acontecimientos de los que se informan (terremotos, tsunamis, hambrunas…)

Considero que los medios de comunicación se han asentado en una política informativa que se basa en informar sobre aquellas informaciones que tienen mayor repercusión sobre la sociedad (política o economía), y delegan en otros entes informativos la labor de informar en profundidad sobre otros países o culturas, porque en definitiva, los medios de comunicación que existen en la actualidad se mueven por intereses económicos y  sólo informan del Sur cuando un hecho acaecido puede tener el suficiente eco como para ser tratado en sus medios. En definitiva los medios de comunicación conceden importancia a las noticias que ellos estiman son demandadas por la sociedad y lo más probable es que el problema también resida en el conjunto de la sociedad, en la incapacidad (por lo general) de interesarnos por la realidad de los países del Sur; nosotros también contribuimos a que los medios de comunicación nos informen de los países del Sur cuando ocurren hechos morbosos.

En la actualidad, creo que la labor de informarse y conocer, por lo menos, una parte de la realidad de los países del Sur reside en nosotros, en acceder a plataformas diferentes como es Internet o medios de comunicación alternativos para conocer mejor estas culturas, sus costumbres, sus producciones cinematográficas, literarias… Creo que ya no debemos esperar a que los medios de comunicación, sobre todo tradicionales, nos ofrezcan este tipo de informaciones, sino que nosotros vamos a tener que convertirnos en sujetos activos para acceder a los países del Sur sin esperar a que la información que nos llega sea siempre incompleta. Yo he de reconocer que he aprendido a informarme de estos países, únicamente, por medio de la televisión, la prensa o la radio, y no me he planteado buscar o completar esa información por mis propios medios.

Cuando por ejemplo hace dos años, en verano, la ONU alertó de la hambruna en Etiopía y llamó a la acción conjunta para impedir o prevenir la mortalidad en millones de niños del cuerno de África, ya no sólo pensé que esa realidad era una constante en la vida de esos niños y de sus familiares, y por tanto, no entendía la repercusión que se generó puesto que había previsiones y datos que demostraban lo que después sorprendió a la ONU, sino también, me llamó la atención que, por lo general, los medios de comunicación tienden a mostrar a agentes externos (ONG,s o plataformas de acción extranjeras) y no a las asociaciones u organismos propios del país que trabajan para solventar o congelar el problema, dando siempre una imagen de incapacidad de afrontar por sí solos los problemas. Es cierto y no hay que obviar que los medios o instrumentos de los que disponemos en países más desarrollados no son los mismos que en aquellos que no lo son, pero por cómo es tratada la información, puede generarse en nuestras sociedades una visión que hace pensar que los países del Sur siempre requieren de los del Norte para solucionar sus problemas.

Por lo tanto, yo confío en que los medios de comunicación no son conscientes en cierto modo de la imagen que transmiten sobre los países y culturas del Sur, sino que, y como viene siendo ya normal, estos medios de comunicación únicamente se centran en informar de los países del Sur sin ahondar en sus problemas, pero también en sus virtudes, en sus logros o en sus progresos en cualquier ámbito, a diferencia del tratamiento que reciben los países del Norte.

Al fin y al cabo, y aunque a veces no queramos verlo, los medios de comunicación son, tal y cómo nosotros queremos que sean. Y apelando a la frase de Chimamanda Adichie: “Los estereotipos no es que estén mal, sino que están incompletos”, creo que en la actualidad y con la infinidad de medios a nuestra disposición, tenemos que ser nosotros, individualmente, aunque me cueste reconocerlo, los que tenemos que completar esos estereotipos que no están mal, pero están incompletos porque para cambiar el tratamiento informativo de los países del Sur por parte de los medios de comunicación, primero tenemos nosotros que ser conscientes de que tal y cómo se nos informa de estos países, la percepción que terminamos creando  no es la verdadera y la única.

Ana Garay 

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