lunes, 28 de enero de 2013


                                                            Realidad única

Reflexionar sobre lo que muestran los medios de comunicación y lo que ocurre en realidad es difícil, creo que lo es incluso más para nosotros, estudiantes de periodismo con ganas de poder hacernos un hueco en el mundo de la información y la comunicación. Reconocer la labor, unas veces positiva y otras negativa, no es fácil ni para nosotros. Cuando se trata de valorar y argumentar lo bueno de los medios de comunicación, creo que todos estaríamos encantados de hacerlo; destacar lo bueno de nuestra profesión es algo que nos gusta a todos y los periodistas no somos un caso aislado. El problema viene cuando tenemos que reflexionar sobre algo que los medios hacen mal… mejor dicho, que llevan haciendo mal muchos años y que lo mantienen a pesar de la evolución tecnológica, que hoy en día facilita la subsistencia de muchos de ellos.

Creo que efectivamente, los medios de comunicación no muestran la realidad, muestran únicamente una parte de la misma; algunas veces, la que les conviene y, otras, se ven obligados a mostrarla debido al interés social que suscita el hecho en cuestión. ¿Esto podría considerarse una buena práctica comunicativa? La respuesta es clara: NO. Sin embargo, es esto a lo que nos tenemos que enfrentar día a día, a lo que nos tienen acostumbrados los medios de comunicación (independientemente su ideología política, sus valores…) y por ello, no sabría plantear una respuesta al problema. Me explico; esta situación, el hecho de que los medios de comunicación informen únicamente de determinados hechos, de determinadas circunstancias, es tan cercano a nosotros, tan habitual en la sociedad actual que, tras pensar, no se me ocurre un modo de proceder a cambiarlo porque es un modo de comportamiento común a todos los medios, y por ello, resultaría extremadamente difícil cambiar el modo de proceder de todos. 

La causa a este problema creo que radica en la suprema creencia que la sociedad en general, tanto española como del resto del mundo, pone en los medios, única fuente de información social. En consecuencia, éstos se acomodan y deciden no cambiar su comportamiento por temor a recibir críticas sociales. Es decir, los medios basan, en muchas ocasiones, sus criterios de selección de noticias en base a puntos como puede ser  la proximidad de las mismas; ésta práctica ha dado buenos resultados y por ello, los medios no se han planteado cambiarlo. Simple y llanamente esto ha sido lo que ha pasado. Sin tener en cuenta, claro está, que no es una práctica que pueda ser considerada del todo positiva debido a que tienen a la población falta de información.

No me gustaría decir con esto que los medios de comunicación engañan o mienten a los ciudadanos porque no es así (opino esto tanto desde el punto de vista ciudadano como desde el punto de vista de una estudiante de periodismo), simplemente el problema radica en que no muestran la realidad en sí misma, únicamente una parte. Es verdad que los medios, en especial la televisión por la importancia de la imagen, informan de parte de lo que ocurre en el mundo pero no por ello creo que se tenga que acusarles de estar detrás de la mentalidad social; los medios nos muestran el mundo y los ciudadanos debemos saber elegir aquéllos contenidos que más nos interesan, saber comparar y poder formar nuestra propia opinión teniendo en cuenta lo que nos han trasladado los medios, no quedarnos únicamente con una versión.

Contenidos como informativos, debates o programas de entretenimiento o diversión son  nos muestran diariamente esta postura: los medios sólo muestran lo que ocurre en otras partes del mundo si lo que ha ocurrido ha sido una tragedia y si ha habido, lamentablemente, un número elevado de víctimas. Este es el modo de proceder hoy en día: sobreabundancia de información que hace que los medios tengan que elegir sobre lo que informar y trasladar a su audiencia. Es algo a lo que ya estamos sobradamente acostumbrados y de ahí mi consideración de que es prácticamente imposible cambiar esta mala práctica de la totalidad de medios.

En el caso de los medios de comunicación españoles, ocurre como los del resto de países: crean una supuesta realidad que influye en la visión de los ciudadanos y que sin embargo, en muchas ocasiones, no se corresponde con lo que realmente está ocurriendo o ha ocurrido. La influencia de los medios en la mentalidad social es algo espectacular; en muchas ocasiones, he sido testigo de cómo personas de edad avanzada de mi entorno, tras haber leído la prensa diaria, afirmaban: “es una pena… esto antes no pasaba, están siempre igual”, refiriéndose a las matanzas de Siria. Puede que este tipo de sucesos años atrás no sucediesen, pero lo que sí es verdad es que tragedias han ocurrido siempre, de unas se informaba y de otras no, debido en muchos casos, a la falta de medios existentes. Esta visión en la sociedad es la que crean los medios, no se puede negar que son verdad pero a la vez, no puede negarse que este tipo de países lejanos a nosotros tienen multitud de cosas buenas de las que los medios no informan.

Sólo se informa de lo malo porque, en muchas ocasiones, creo firmemente que es lo que interesa a la audiencia. En mi puesto de trabajo, una emisora de radio, diariamente recibo multitud de informaciones que, sinceramente, no creo que interesen a los vecinos (actos culturales, deportivos, vecinales… sin ninguna relevancia), sin embargo, no ocurre lo mismo con otro tipo de informaciones como operaciones policiales, denuncias… que han sido, quizás, las que más polémica han provocado y las que entiendo, en consecuencia, que más han interesado. Este es el día a día del periodista: se habla de lo próximo, de lo que se cree que puede afectar o interesar a un mayor número de personas con el fin de que el medio no sea olvidado por parte de la audiencia. Esto es así, puede ser considerado algo negativo, es verdad, pero también puede ser visto como algo positivo debido a que los medios de comunicación deben, al fin y al cabo, y más en la actual crisis económica, buscar su propia forma de salir adelante.
                                                                                                                                                    S. Parés  

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