jueves, 13 de diciembre de 2012



Fuente :ABC


Las manifestaciones son un elemento a través del cual, todo ciudadano tiene derecho a reclamar sus derechos. Este tipo de reivindicaciones son, en el momento actual, cada vez más constantes debido a diferentes motivos; a lo largo de la historia, la población ha estado de acuerdo, o no, respecto a las decisiones tomadas por los órganos de gobierno y poder y, por ello, han sido constantes tanto en la sociedad española como mundial. Sin embargo, la crisis económica y en consecuencia, los delicados momentos a los que se deben enfrentar multitud de familias que no tienen, ni tan siquiera, alimentos con los que sacar a sus hijos adelante, han desencadenado un clima de histeria que se ha traducido en constantes manifestaciones, revueltas, sublevaciones… por las calles de las principales provincias de todo territorio nacional.

     Los medios de comunicación informan de este tipo de acontecimientos a pesar de que en numerosas ocasiones se les acusa de no sacar a la luz lo que está realmente pasando en el país, provocando, en consecuencia, nuevas polémicas hasta dicho momento, inexistentes. La imagen que se va a analizar a continuación muestra esta otra cara de los medios, la que no se muestra diariamente en la prensa. La huelga general del pasado 14 de noviembre, ya conocido como 14N, dejó imágenes tan impactantes como ésta: un joven de apenas 14 años fue golpeado en la manifestación de Tarragona por las autoridades que se encontraban en ese momento vigilando la zona de la reivindicación. Esto, teniendo en cuenta la visión de la población española, ha provocado una intensa polémica por el hecho de que sea una autoridad competente (los mossos de escuadra) la que propinase golpes (como demuestra la imagen) a un menor.

     Nos enfrentamos a casos como estos diariamente; casos que llaman a la conciencia de la población consumidora de medios de comunicación que, sin embargo, hasta el momento en el que ven publicadas este tipo de imágenes no saben realmente qué opinar sobre esto. Esta, sin embargo, no ha sido la primera ni la última imagen a la que nos vamos a tener que enfrentar debido a que los medios han aprendido la lección y saben que ahora, más que nunca, una imagen vale más que mil palabras y saben el poder de la imagen.

-       Análisis connotativo de la imagen: ¿qué siguiere subjetivamente la foto?

A la hora de tener en cuenta lo que provoca, a simple vista, esta instantánea tenemos que tener en cuenta los antecedentes de la misma: los medios de comunicación se han dedicado a informar durante semanas y días previos a la huelga general sobre este acontecimiento destacado, determinado en gran medida las sensaciones que puede provocar a una persona la visualización de la imagen.

     Provoca, ante todo, pena, tristeza, dolor, amargura… teniendo en cuenta que el niño está sangrando sin que nadie, a simple vista, haga nada para evitarlo. Provoca, además, miedo, espanto, temor… ante lo que pasó en la manifestación y ante también, a grandes rasgos, la actual situación que vive nuestro país. Es una imagen que insta a la alarma, a saber realmente qué va a ser de la población española si no se va a poder llamar al reconocimiento de sus derechos a través de las manifestaciones. Lo que se ve a través de la imagen es que algo no va bien, que hay un malentendido entre lo que quiere la población y lo que quieren los poderes, en este caso, las autoridades, y que están siendo los ciudadanos los que están saliendo claramente perjudicados.

     Esto es lo que transmite, connotativamente hablando, la imagen a la mayor parte de la población; este es el mensaje oculto de la misma; el temor, el miedo a lo que supuestamente, todos consideramos desconocido y que, sin embargo, tenemos a la vuelta de la esquina. Es el mensaje latente a la imagen, lo que acompaña a la misma y a lo que se hace referencia tras su visualización.
En este apartado, sin embargo, también tenemos que tener en cuenta que, a lo mejor, no toda la población era consciente de la manifestación y por ello, no sabe qué representa realmente la foto o a qué hace referencia. Por ello, además de pena y miedo, puede provocar en los ciudadanos una desconfianza al no saber qué ha pasado.

     Este tipo de consideraciones, sin embargo, para una persona que está de acuerdo con las cargas policiales en este tipo de situaciones no tienen mucho sentido ya que la alegría o satisfacción son las sensaciones provocadas en la misma.

-       Análisis denotativo de la imagen: Análisis objetivo de la foto.  

La imagen es un primerísimo primer plano de la cabeza de un joven; en el pelo puede verse claramente un rastro de sangre como consecuencia de las heridas, mientras que la cara está ligeramente pixelada como consecuencia de que es un menor y la publicación de instantáneas de menores es muy restringida. La imagen, por ello, representa una situación real vivida durante la celebración de una manifestación, y lo hace a través de elementos que llaman a la espectacularidad, entre ellos, la sangre, un componente fundamental para llamar la atención de los lectores desde el primer momento. Además, que la imagen de la cara del niño aparezca pixelada hace que la sangre adquiera más importancia y relevancia todavía, centrándose en ella el total interés de la audiencia y recayendo en ella todo el peso visual.

     Subjetivamente, lo que a mí me transmite la imagen es pena; pena por saber a qué hace referencia la misma, por saber qué paso realmente en el instante captado y, cómo no, pena por el niño herido.

    La cara del pequeño no sale mirando a cámara, la imagen es tomada de lado y por ello, da una sensación de movimiento al verse claramente que no es una instantánea premeditada y en la cual, el protagonista, en este caso el niño, haya posado para la misma. El niño ocupa toda la imagen, no hay ningún otro elemento que pueda quitar relevancia al mismo y como consecuencia a esto, se desprende el objetivo con el que fue tomada esta imagen y su posterior publicación en los medios; es el propio periodista o fotógrafo el que quiere que la población centre su atención, más que en la noticia de la manifestación en sí o en las posteriores consideraciones o valoraciones del gobierno, en el niño, en las barbaridades que pueden llegar a ocurrir en este tipo de concentraciones y que, casualidad o no, han pasado en la figura de un niño de apenas 14 años. 

Encontramos, además, otra publicación con la misma imagen: 

Fuente: Catalunya Press


La publicación CantalunyaPress también se hizo eco de esta instantánea pero, a diferencia del diario ABC, lo hizo mostrando también la cara del menor para dotar de una mayor carga subjetiva la misma; ver la cara de un niño hace que la visión de la población se debilite enormemente por acercar posturas, por decirlo de alguna manera, entre el pequeño y la audiencia en sí. Esta es otra estrategia usada en incontables ocasiones por los medios de comunicación para llamar a la sensibilización de la audiencia y que así, la información publicada adquiera más relevancia.

     En ambos casos, aunque en la imagen solo se ve al niño, ésta representa algo más ya que no hace falta que se vean a más manifestantes o incluso a las apropias autoridades para saber qué pasaba realmente en la misma y cómo se desarrolló todo.

     Como conclusión a este análisis cabe resaltar que, como en este caso, la labor informativa de los medios se ve truncada por el deseo de los mismos de llegar a más personas o de alcanzar mayores beneficios a través de este tipo de prácticas. Todos estamos de acuerdo en que la población debe estar informada de lo que ocurre independientemente de todo pero, creo que en los momentos tan tensos que estamos viviendo en la actualidad, que los medios utilicen este tipo de imágenes dando a entender una extrema violencia en las manifestaciones, no va a hacer otra cosa que provocar una mayor indignación y nerviosismo entre la población que, sin embargo, es lo que hay que evitar para conseguir salir adelante. Creo que se podían haber utilizado millones de instantáneas que demostrasen la crudeza de la huelga general del 14N sin tener que hacer referencia a la sangre que corría por la cara de un niño de 13 o 14 años.

     Esto, sin embargo, analizado de forma objetiva, corresponde a los intereses de los grandes grupos editoriales no solo españoles sino de todo el mundo, es decir, grandes beneficios sin tener en cuenta de lo que se está hablando, cómo se está haciendo o por qué. Esto es a lo que los medios están acostumbrando a la población ya que cuanto más sale, más se demanda, y así sucesivamente. La audiencia ya no se conforma con cualquier cosa, lo malo es que la actual demanda no corresponde con los parámetros periodísticos que han caracterizado etapas anteriores y de los que, en la actualidad, no hemos olvidado tanto medios como consumidores.


Soledad Parés

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